Está claro que el sector inmobiliario es uno de los grandes sectores tocados por esta crisis sanitaria a nivel mundial y, dentro de este, son los colectivos más vulnerables, como jóvenes, que ya partían en desventaja por su poca capacidad de ahorro, o las familias con rentas bajas, los que han visto como su esperanza de adquirir o alquilar una vivienda se ha desvanecido debido a ERTES, paro y reducciones de ingresos.

Uno de los puntos más importantes que se planteó este principio de año era facilitar el acceso a los jóvenes, y colectivos vulnerables, a la vivienda. Esto sería posible gracias a la creación de un parque de viviendas destinado al alquiler sumado a un paquete de ayudas directas para aliviar la carga que supone para las familias destinar casi el 50% de su sueldo al pago del alquiler. Eso sí, mediante una gestión que evite la picaresca y el fraude.

Cuando empezó esta crisis sanitaria generada por el COVID19, ya se lanzaron, mediante orden ministerial, una serie de medidas destinadas a ayudar a los inquilinos al pago del alquiler y también a los arrendatarios que habían quedado en situación de vulnerabilidad y cuyo funcionamiento era parecido al de los créditos ICO que se impulsaron para los empresarios. Como todo, esto tiene su parte mala, ya que, al funcionar como micropréstamos, pueden aumentar el nivel de endeudamiento que ya se había generado por pérdida de rentas o de empleo.

Aparte de crear un parque inmobiliario, los profesionales del sector plantean establecer una serie de incentivos fiscales para aquellos arrendatarios que bajen los precios de sus alquileres, medidas de bonificación para aquellos colectivos de riesgo que puedan acreditarlo o, incluso, medidas de protección para los arrendatarios en caso de ocupaciones ilegales, de impago o incluso en caso de vandalismo y desperfectos ocasionados por los inquilinos en el inmueble arrendado. Esto creen que impulsaría que un propietario se decidiese a poner su inmueble en alquiler y también aumentaría el parque inmobiliario.

PERO, ¿QUÉ AYUDAS SE QUIEREN IMPULSAR?

El Estado impulsó en 2018 un cuatrienal Plan Estatal de Vivienda 2018-2021 para fomentar el alquiler y mejorar las ayudas, no solo para jóvenes, si no para colectivos vulnerables mediante el fomento de un parque de viviendas en alquiler procedente de nueva construcción, pero también de viviendas rehabilitadas destinadas a este fin durante, al menos 25 años si su destinatario son jóvenes o, hasta 40 años, si se destinan a colectivo vulnerable o personas con discapacidad.

Los menores de 35 años podrán pedir una ayuda de hasta el 50% en su alquiler mensual si el alquiler no supera los 600€, o de hasta el 30%, hasta un máximo de 900€.

Los colectivos vulnerables tendrán ayudas y un programa específico para aquellas que presenten riesgo de desahucio.

En el caso de mayores de 65 años, se impulsa una ayuda de hasta el 50% de la cuota mensual del alquiler .

Este plan pretende también una mejora energética y sostenible de las viviendas, facilitar la accesibilidad y una renovación urbana y rural, con ayudas para obras de hasta un 40% de la inversión, que se puede ampliar en el caso de que se destine a un colectivo vulnerable.

Para todo esto, ha que cumplir varios requisitos:

  1. Tener residencia legal en España.
  2. Ser menor de 35 años de los jóvenes que quieran comprar o alquilar
  3. Se analizará la renta de modo unitario y no individualmente
  4. Cualquier cambio o mejora deberá ser comunicado al organismo competente.

¿Cómo se solicita? Pues estas ayudas dependen de la Consejería de Vivienda o departamento correspondiente de la localidad o Comunidad Autónoma en la que se resida y a ellas se debe acudir. Actualmente, debido a la situación en que nos encontramos, puede hacerse de manera telemática.

En el caso de compra, los jóvenes también cuentan con una ayuda directa para poder acceder a su vivienda en propiedad: un 20% sobre el precio del inmueble hasta un máximo de 10.800€. Se favorecerá la adquisición también de viviendas en municipios y poblaciones de menos de 5000 habitantes.

Para ello, se piden varios requisitos:

  1. Ser menor de 35 años
  2. No superar 3 veces el IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples
  3. No tener ninguna otra vivienda en propiedad o, si es así, demostrar que no se puede utilizar de modo habitual por razones de fuerza mayor (divorcio, inaccesible por motivos de discapacidad, su ubicación está fuera de España…)
  4. Valor de la vivienda a adquirir no puede superar los 100.000€
  5. La vivienda deberá ser residencia habitual durante 5 años aunque si, por motivos laborales, el comprador debe dejarla, la vivienda que adquiera en su nuevo lugar de residencia, deberá ser de similares características.
  6. Se debe entrar a vivir en ella en un plazo máximo de 3 meses desde la entrega de llaves y estar empadronado en el municipio donde se encuentre la vivienda.

PLANES DE AYUDAS EN LA COMUNIDAD DE MADRID

Hace unos días, la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Dª Isabel Díaz Ayuso, comunicó que, tanto para ayudar al sector inmobiliario, como a aquellas personas con menores recursos al acceso a una vivienda, se impulsaría un plan de acción en vivienda, que complementa en ya existente Plan Alquila de ayuda e intermediación, sobre todo tras el COVID19, entre inquilino y arrendatario: el Plan Vive.

Teniendo en cuenta que el sector inmobiliario en Madrid es uno de los afectados por la crisis sanitaria del COVID19 y que también es uno de los que más aporta al PIB de la comunidad (15%) y más empleo, directo e indirecto genera (22%), está previsto que un total de 1,2 millones de metros cuadrados pasen a ser destinados a la creación de un parque de viviendas asequibles en alquiler.

Aparte, también se tratará de revisar y mejorar tanto la parte de impuestos, que afectan al precio y producción de la vivienda, como la hipotecaria, para hacer más fácil el acceso a la vivienda tanto en alquiler como en compra.

Con todo esto se pretende, no solo movilizar el sector, si no generar empleo.

Habrá que esperar para ver si estas ayudas, y todas las que puedan venir después, ayudan a desperezar el sector inmobiliario, que ha quedado un poco tocado después de esta pandemia, pero no hundido.