A finales del 2020 os comentamos que Fotocasa había sacado un informe acerca de los hábitos de compra y el perfil de los compradores después de sufrir seis meses de pandemia y nos hicimos eco de ello en su momento, pero, también en diciembre del año pasado, esta plataforma inmobiliaria creo el primer observatorio de expertos inmobiliarios donde 474 inmobiliarias han plasmados sus previsiones de crecimiento para el año 2021.

Estas inmobiliarias han remarcado que la mayoría de las inmobiliarias han visto como su negocio se ha visto mermado como consecuencia de la crisis generada por la pandemia de Covid-19. La gran mayoría, alrededor de un 77%, ha visto reducirse su actividad mientras que una minoría, sobre un 18%, la ha mantenido o, incluso, aumentado.

En este grupo de aproximadamente 500 inmobiliarias con las que se ha realizado el estudio podemos encontrar agencias grandes, medianas y pequeñas y, al hacer una comparativa sobre quién ha acusado más el golpe de la crisis y la bajada de su actividad, se señala que son las agencias más pequeñas, con menos de 25 inmuebles en cartera, las que lo han sufrido. Esto, como es normal, repercute también en que la cantidad de ingresos ha descendido y ha descendido en la misma proporción que la actividad, siendo también las inmobiliarias más pequeñas las que ha sufrido la reducción de sus ingresos.

Una de las consecuencias de la pandemia es el cambio en los modos de trabajar ya que las inmobiliarias han tenido que adaptar sus procesos de trabajo e impulsarlos al ámbito digital, además de adaptarse al teletrabajo. En este sentido, dado que la mayoría de los inmuebles se publicitan y gestionan en portales inmobiliarios, portales como el propio Fotocasa también han notado un descenso de la inversión en publicidad porque las inmobiliarias han reducido temporalmente su inversión económica en marketing online. Significativamente y, en contra de lo que podríamos esperar, han sido las inmobiliarias más grandes las que han frenado su inversión mientras que las más pequeñas la han aumentado para ganar visibilidad.

También se han notado cambios en el volumen de solicitudes de contacto que se han generado con respecto al 2019. Todas coinciden en que el porcentaje se ha reducido, pero, una vez más, las agencias pequeñas son las que nos indican que su porcentaje de contactos recibidos se ha reducido mucho hasta en un 58%. Pero, ¿cómo ha afectado la pandemia en la comunicación con nuestros clientes? Pues en el modo. Ya no se acude presencialmente a las oficinas, sino que se opta por llamadas telefónicas, correo electrónico o mensajes instantáneos como WhatsApp, por ese orden.

Y, si en la comunicación con nuestros clientes ha dejado de tener tanto peso el “tú a tú”, ¿cómo vamos a resolver el problema de las visitas a las propiedades? Pues, aunque algunas inmobiliarias, algo menos de un 24%, siguen optando por las visitas presenciales, se ha visto un auge de la utilización de videos, fotos, creación de imágenes 3D o 360º, que se envían la cliente potencial por correo electrónico o mensajería instantánea, sin olvidar las visitas virtuales por videollamada, es decir, el agente inmobiliario está en la propiedad y se la va mostrando al cliente en el momento a través de su teléfono o dispositivo electrónico.

Por tanto, la previsión que nos augura el análisis sobre la opinión de estas inmobiliarias es que esta crisis va a llevar un tiempo, más del 60% cree que entre 6 meses y un año, en finalizar, lo que va a repercutir en un mercado, como ya se venía observando en el último trimestre de 2020, con precios a la baja por la mayor cantidad de oferta sobre la demanda, ya que tanto propietarios como clientes tienen una gran cantidad de dudas y les preocupa la incertidumbre económica y social que estamos viviendo, por lo que las captaciones también se hacen más difíciles.

Pero podemos extraer positivamente que los cambios en el modo de trabajo y la digitalización de algunos procesos, si aprendemos a utilizarlos bien, nos va a permitir aprovechar nuestro tiempo, y el de nuestros clientes, y adaptarnos a los nuevos tiempos.

Evidentemente, la inestable situación sanitaria en la que nos encontramos, con la tercera ola de la pandemia encima, no ayuda, pero si esta situación se estabilizara, los engranajes económicos volverían a funcionar, quizá no como antes de esta pandemia pero poco a poco volveríamos a cierta normalidad y a recuperar la confianza de nuestros posibles clientes tanto vendedores como compradores.