¿Es importante contar con un buen reportaje fotográfico a la hora de vender una vivienda? Ya respondo yo directamente a esta cuestión por vosotros antes de continuar con el artículo. SÍ. Absolutamente.
Pero, ¿por qué lo es? Ya lo dice el refrán: “Más vale una imagen que mil palabras”. Por regla general, el ser humano se deja llevar por los sentidos, especialmente por la vista, antes de decidir si algo le gusta. A la hora de decidirnos por una compra, es lo que vemos lo que nos llama la atención, y es hacia eso, hacia lo que dirigimos nuestro interés. Nos pasa a la hora de comprar ropa, fruta y, ante una compra tan importante como una vivienda, las imágenes que ofrezca el comprador de ella, son su carta de presentación por lo que debemos ser especialmente cuidadosos.
En el mundo inmobiliario, un buen reportaje fotográfico de tu vivienda hace que las posibilidades de una petición de información, e incluso de venta, aumenten, mientras que una mala foto, pobremente iluminada o con elementos descolocados (más adelante hablaremos de esto), hacen que disminuyan considerablemente.
CÓMO FOTOGRAFIAR UNA VIVIENDA PARA QUE SEA ATRACTIVA
En primer lugar, como siempre os decimos, si quieres sacarle verdadero partido a tu vivienda en materia fotográfica, es mejor contar con un fotógrafo profesional o con un profesional inmobiliario que tome las imágenes. Por mucho que tu cuñado diga que tiene una cámara espectacular y que ya te las hace él, hay detalles que un particular no conoce y que pueden arruinar una venta.
En principio, no se trata de poner un anuncio con millones de imágenes de manera indiscriminada, aunque sí de tomar bastantes fotografías y elegir las mejores, que deben ser imágenes cuidadas, con un buen encuadre, buena luz y en un ambiente ordenado que agrade a la vista.
Lo cierto es que también depende del activo inmobiliario que se quiera comercializar porque no es lo mismo vender un local vacío o una nave industrial que una vivienda habitada.
El orden es primordial. Antes de desplegar tu equipo, o de que el profesional inmobiliario que has contratado vaya a realizar el reportaje, ordena. Quita todo lo que haya por medio y elimina de las estancias los elementos decorativos excesivos y personales, como las fotografías familiares. Se trata de que la vivienda se adapte a los gustos de cualquier tipo de comprador por lo que hay que “impersonalizarla” un poco. Nada de dejar las toallas del baño colgando del lavabo, los cojines desordenados, el cubo de la basura en medio de la cocina o dejar que el gato se suba al sofá del salón y hacer las fotos “aquí te pillo, aquí te mato” para poner el anuncio lo más rápido posible. Es mejor tomarte un tiempo para limpiar, colocar y ordenar para que las fotos que hagas, presenten la mejor cara de tu vivienda.
Como hemos indicado antes, quizá un propietario no sepa cuáles son los aspectos principales a destacar en una vivienda para mostrar todo su potencial y que el futuro comprador se haga una idea de cómo se distribuye su espacio antes de ir a verla por lo que es importante la ayuda de un profesional para mostrarlo, pero, ¡cuidado!, las fotografías deben reflejar la realidad para que no haya sorpresas en la visita. Nada de abusar de grandes angulares que hacen la cocina infinita y el salón tan grande como un campo de futbol.
Hay que fotografiar las estancias desde varios puntos de vista para que podamos tener una vista completa de cómo se distribuye y de cómo se conectan unas estancias con otras. Al igual que, cuando subamos las imágenes a nuestro anuncio, deben estar interconectadas entre sí y llevar un orden coherente.
Si no eres profesional, olvídate del flash. Fotografiar con luz natural siempre es la mejor opción. Un mal uso de este puede acarrear problemas de brillos, reflejos y fogonazos en superficies que van a hacer que se desluzca la imagen. Utiliza luz natural y tamízala con los visillos para que sea uniforme. Es mejor, en la medida de lo posible, que las ventanas no se fotografíen de frente por problemas de exposición: si mides la luz en la ventana, la estancia quedará muy oscura y si la mides en el salón, la ventana será una mancha blanca. Si la disposición de la estancia te lo permite, déjala en un lateral.
Aun así, realiza las fotografías con una cámara que te permita disparar en un formato en el que luego puedas editar y corregir ciertos parámetros para mejorar la imagen.
Hay que prestar atención a las líneas intentando que las paredes estén rectas, las líneas, verticales y que el encuadre no esté inclinado hacia un lado y mantener un punto de vista a un nivel medio, ni muy alto ni muy bajo, así que, si eres muy alto, lo siento, pero vas a tener que agacharte o usar un trípode, lo cual también te puede ayudar a que las fotos no aparezcan movidas si no hay mucha luz y necesitas mucho tiempo de exposición.
El fin de realizar un reportaje fotográfico es anunciar la vivienda, así que intenta realizar las fotografías en un formato horizontal para que se adapten al formato de los portales inmobiliarios y, sobre todo, en resumen, no anuncies tu vivienda con fotos de mala calidad, borrosas, desenfocadas, mal encuadradas o presentando espacios sucios o desordenados.
Y, si esto te parece mucho trabajo o excesivamente complicado, déjalo en manos de profesionales, como nosotros, que sabremos presentar la mejor cara de tu vivienda ya que, todo ésta labor, unida a una buena descripción del inmueble hace que las posibilidades reales de venta, aumenten.