Seguimos esta semana con el tema del alquiler de habitación, deteniéndonos esta vez, en los pros y contras que podemos destacar, tanto desde el punto de vista del propietario que arrienda, como del inquilino que asume las condiciones de un contrato de estas características, y que, como ya apuntamos en la entrada del Blog de la semana pasada, está regulado por el Código civil y no por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU)

 

Desde el punto de vista del ARRENDADOR:

 

1.MAYOR RENTABILIDAD PARA EL ARRENDADOR.

 El arrendador de vivienda por habitaciones obtiene mayor rédito económico que el que obtendría al alquilar la casa completa a un único inquilino.

2.MAYOR CONTROL DEL PROPIETARIO SOBRE LA DISPONIBILIDAD DEL INMUEBLE.

Al no estar sujeto este tipo de alquileres a la LAU, el arrendador podrá rescindir el contrato al inquilino que no pague la renta y sustituirlo con más rapidez.

3.NO ESTÁN SUJETOS AL LÍMITE DEL 2%.

 Este tipo de alquileres no están sujetos al límite del 2% para las actualizaciones anuales de renta, al no considerarse vivienda habitual y estar fuera de la protección que la LAU otorga a estas últimas.

4.NO TIENE BENEFICIOS FISCALES EN LA TRIBUTACIÓN DE LAS RENTAS.

Esto es así a diferencia del alquiler de vivienda habitual, donde el arrendador puede reducirse un 60% del rendimiento neto en la tributación de las rentas en su IRPF.

5.HACERSE CARGO DE LOS SUMINISTROS.

 La vivienda se suele ofrecer con muebles y será el arrendador el que soporte el pago de los suministros, aunque luego traslade el gasto a las rentas.

 

Desde el punto de vista del INQUILINO:

 

1.VIVIR EN EL CENTRO DE LAS CIUDADES.

  El incremento en los precios de los alquileres de piso completo, y más aún en el centro de las ciudades, hace imposible a muchos jóvenes profesionales y estudiantes permitirse vivir en estas zonas, siendo el alquiler de habitación la solución para evitar tener que irse a la periferia.

2.SOCIALIZAR.

Podríamos decir que “el que no se consuela es porque no quiere”, pero en algunos casos, y teniendo la constancia de que la mayoría de los ciudadanos que comparten piso son jóvenes entre 18 y 30 años, el vivir con otros jóvenes les permite socializar y enriquecer sus relaciones.

3.AHORRAR EN GASTOS.

Repartir los gastos de los servicios indispensables que se disponen de forma compartida.

4. USO COMPARTIDO DE ZONAS COMUNES.

Los inquilinos alquilan una habitación sabiendo que tendrán que compartir las zonas comunes con otros inquilinos a los cuales desconoce.