Llega el momento. Decidimos dar el paso y emanciparnos, o mudarnos con nuestra pareja para iniciar un proyecto de vida en común pero nuestra cabeza se llena de preguntas: ¿compro o alquilo? ¿puedo permitirme pagar una hipoteca durante 40 años o me arriesgo menos si alquilo? ¿alquilar es perder dinero?
Tradicionalmente, España es un país donde, mayoritariamente, se compra, bien por el pensamiento de que alquilar es perder dinero o porque parece que tener un bien en propiedad aporta más seguridad. Pero en este artículo vamos a desglosar las ventajas e inconvenientes de comprar y de alquilar para poder optar a la mejor opción.
Elegir entre uno u otro depende del perfil y las necesidades del usuario, decidir dónde se quiere vivir (porque dependiendo de la zona elegida, el precio de venta o precio de alquiler puede ser más o menos caro), qué prioridades tiene, qué gastos puede afrontar, qué uso se va a dar a la vivienda o cuánto tiempo se va a vivir en ella.
Eso sí, en ambos casos, la estabilidad económica y laboral es un punto indispensable para poder afrontar los pagos.
QUÉ RAZONES PUEDEN INFLUIR PARA TOMAR LA DECISIÓN DE COMPRAR.
Todo el mundo ha oído la famosa frase: “si alquilas, pierdes dinero”. Pero, ¿hasta qué punto es cierto?
Tener la seguridad de tener un inmueble en propiedad puede ser una de las razones para decidirse por la compra y no por el alquiler. Hace unos años, el invertir en una vivienda era importante, no solo por tener la seguridad de tener algo en propiedad sino también por poder dejarlo en herencia a la familia o por identificarlo como un “colchón” que nos protegerá una vez llegada la vejez.
Otra de las ventajas de comprar en lugar de alquilar es que, fiscalmente, goza de algunas ventajas como son las deducciones en el IRPF o las menores retenciones en las nóminas.
Incluso el reformar una vivienda y decorarla a nuestro gusto hace que esa vivienda se revalorice y si, en algún momento, nuestra economía se resiente, podemos venderla o alquilarla. Aunque siempre hay que mirar cómo se comporta el mercado inmobiliario, si sube o baja.
Como desventaja principal en la compra de una vivienda podemos encontrar que debemos tener bastantes ahorros disponibles para afrontar los gastos, comisiones e impuestos que derivan del proceso de compra venta. Cerca de un 32% del valor de la vivienda, para cubrir el 12% de gastos y el 20% de la parte de financiación que no cubre el banco, que solo va a financiar el 80% del valor de la vivienda. Hemos de ser conscientes de que no debemos destinar más de un 35% de nuestros ingresos a cubrir deudas financieras, de que los bancos van a fijarse en un perfil específico con ingresos estables, de una determinada edad y con determinados ahorros y de que esto determinará en qué condiciones nos van a conceder dicha financiación.
También hay que asumir que, aparte de la hipoteca, deberemos asumir otros gastos como el IBI, la comunidad, las posibles reformas por posibles desperfectos, la luz, el agua…
Y, ¿SI ESTOY PENSANDO EN ALQUILAR?
Pues como principal ventaja que podemos señalar es la flexibilidad y la menor inversión económica en un primer momento. Los gastos de entrada para poder acceder a una vivienda en alquiler, aunque algunos tengan unas cláusulas muy exigentes, en principio, son menores y conllevan únicamente el pago del mes en curso más las fianzas designadas por el arrendador y la parte del intermediario inmobiliario si hemos contado con la ayuda de un asesor inmobiliario para el proceso.
Eso sí, si la transacción se efectúa de particular a particular y no tienes un asesor inmobiliario de confianza que se encargue de ayudarte, hay que tener mucho cuidado con las cláusulas abusivas.
A diferencia de la compra, el alquilar, en caso de que, por cuestiones laborales o personales, tengas que tener mucha movilidad geográfica, el pensar en alquilar es una buena opción porque, con el preaviso estipulado, puedes dejar tu vivienda y moverte a otro lugar.
Incluso también hay menos gastos de mantenimiento y ciertas deducciones sobre impuestos tanto para arrendador como para arrendatario.
Como desventaja, en términos de propiedad, es que el dinero que abonas todos los meses no se abona por el bien sino por el uso del bien en sí, y quizá sea una buena solución para aquellas personas que no disponen de ahorros para afrontar los gastos iniciales de una casa y que, en caso de que nuestra situación económica cambie, solo perderemos la fianza y no arriesgaremos nuestros bienes.
ALQUILER CON OPCIÓN A COMPRA: LA SOLUCIÓN INTERMEDIA.
Si tu idea es tener un inmueble en propiedad, pero, ahora mismo, no es el momento adecuado, quizá el alquiler con opción a compra sea una buena alternativa.
Pero, ¿qué es exactamente? Es la opción intermedia. Se firma un contrato mixto: de alquiler y de futura compraventa. Por un lado, el inquilino disfruta del uso de la vivienda pagando sus mensualidades, aportando un pago inicial un poco más alto que el de un alquiler en concepto de reserva de compraventa, y, pasado un tiempo, podrá ejecutar la opción de compra de la vivienda bajo el precio pactado al que se le descontarán las rentan que haya ido pagando en concepto de alquiler hasta la fecha.
Sea como sea, tanto si optamos por compra como por alquiler, es imprescindible contar con un buen asesor inmobiliario que tenga en cuenta nuestras necesidades y nos asesore sobre lo que es mejor según nuestro perfil.