Hoy es 28 de diciembre y es el Día de los Inocentes y queremos hacer un artículo un poco especial. Cuando la idea de comprar una vivienda comienza a rondarnos la cabeza evaluamos muchos factores para tomar la decisión, pero ¿cuáles son los tres que, desde nuestro punto de vista inmobiliario, no debemos nunca dejar de analizar ni tomarnos a broma cuando ya damos el paso en firme?
LO PRIMERO: EL ESTADO REAL DE LA VIVIENDA NO ES COSA DE RISA.
Cuando nos interesamos por una vivienda y vamos a visitarla, no debemos quedarnos con lo que podemos observar a plena vista, que también es importante pero no lo es todo. Más allá, debemos asegurarnos de que la vivienda cumple con unos criterios de habitabilidad y de que su estado es realmente bueno, sobre todo estructuralmente, aunque pensemos en reformarla a nuestro gusto.
Elementos como la carpintería, el estado de los suelos, tanto cerámicos como laminados, si hay evidencias de grietas en la pintura de las paredes o en las propias paredes o el estado de los muebles de cocina o baños son vectores que pueden indicarnos la antigüedad real del inmueble y de cómo ha sido conservada por sus anteriores dueños.
Importantísimo es, si el edificio cumple con la normativa, tener a mano el certificado de la ITE pasado así como, si es posible, contar con los planos originales de la vivienda aparte de para hacernos una idea de la disposición de los elementos estructurales, como los pilares de carga o las instalaciones de electricidad y fontanería, a la hora de acometer una futura reforma, serán útiles para ver si la vivienda ha sido reformada con posterioridad a su construcción, qué es lo que se ha reformado y cómo ha podido afectar a la estructura.
LO SEGUNDO: QUE NO TE DEN NO PROPIETARIO POR LIEBRE.
Uno de los aspectos más importantes que debemos tener en cuenta a la hora de firmar un contrato de compra de una vivienda es asegurarnos de que quien te vende la vivienda es realmente su propietario efectivo.
No sería la primera vez, ni la última, que algún desaprensivo intenta vender una propiedad que no es suya. Nosotros, como profesionales, comprobamos SIEMPRE que la persona que quiere vender un inmueble es quién dice ser y es propietario de lo que quiere vender, pero ¿cómo se hace eso? Pues hay que solicitar una nota simple en el Registro de la Propiedad donde conste quién está registrado bajo escritura pública como dueño de la propiedad.
Aparte de saber quién es el propietario real de una vivienda también es acertado comprobar si ésta tiene cargas pendientes ya que, una vez firmado el contrato, el comprador pasaría a hacerse cargo de las deudas que tuviese vinculadas el inmueble. Para esto también se puede solicitar una nota simple que informe de hipotecas, posibles embargos, impagos en relación a los suministros, etc…
También deberíamos pedir al propietario de la vivienda que queramos comprar, los justificantes correspondientes a los pagos de la comunidad de propietarios y el recibo del IBI. Si necesitamos conocer el estado de las cuentas de la comunidad, podemos preguntar al administrador y nos informará del corriente de las cuotas y de si hay derramas previstas a futuro o en curso. El IBI es competencia del ayuntamiento correspondiente al lugar donde se ubique la vivienda así que deberemos dirigirnos a él para obtener la información correspondiente.
Otro documento que vamos a tener que pedir al propietario de la vivienda es la cédula de habitabilidad donde figura que la vivienda cumple con los requisitos de habitabilidad y que es indispensable si luego queremos vender.
LO TERCERO: NO SEAS INOCENTE Y TEN AHORROS SUFICIENTES.
Esto es algo obvio pero que muchas veces pasamos por alto a la hora de comprar una vivienda: antes de embarcarnos en la búsqueda y visita de inmuebles, hay que evaluar que, por muy barata y muy buena oportunidad que nos parezca, tenemos o vamos a disponer de ahorros suficientes para poder hacer frente al pago de los gastos añadidos que conlleva la compra de nuestra futura casa.
Como hemos comentado en varias ocasiones, cuando nos decidimos a buscar una vivienda nos centramos en su precio de compra, pero hay que mirar más allá y tener en cuenta que esta operación lleva asociada el pago de unos impuestos y que, si solicitamos financiación, la entidad bancaria solo va a aportar el 80% del valor de venta.
Es por ello que es importante considerar qué capacidad de endeudamiento tenemos y poder disponer de unos ahorros de al menos un 30% del precio de la vivienda que destinaremos al pago de los impuestos correspondientes según sea la transacción: IVA y Actos Jurídicos Documentados, si es obra nueva, o Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, si es vivienda de segunda mano, además de tasas de registro, notaría, etc…
Por eso, si no quieres que la búsqueda y adquisición de tu vivienda se convierta en una broma de mal gusto, asesórate siempre por profesionales como Calibe Asesores Inmobiliarios.