Tras la pandemia, en 2021 se registró un aumento considerable del alquiler vacacional, y en 2022 seguimos con la misma tendencia, como opción de veraneo por las familias y los viajeros. Pero no solamente ha aumentado el alquiler, sino también la compra

Hace unos meses os hablábamos de cómo, hace años, tener una segunda residencia en una zona de playa no era raro, pero, ahora, tras una pandemia sanitaria que ha repercutido de algún modo en el sector económico y un aumento de la inflación, ¿qué ocurre si nuestro sueño es vender, alquilar o invertir en una propiedad en la playa? ¿qué ha ocurrido con las segundas viviendas en 2022?

Si bien el mercado de las segundas residencias, desde su escalado a lo largo de los años 80, donde se regalaban apartamentos en Torrevieja como premio en los concursos de la televisión, cayó en picado en 2014 debido a la burbuja inmobiliaria, que impacto en el mercado inmobiliario en ese momento, desde 2019 se va viendo una recuperación, mucho más marcada a partir de 2021 tras la pandemia, y que hace que 2022 pueda ser un buen año para la recuperación estable de esta parte del sector inmobiliario.

Es de destacar que, desde febrero, se ha notado un incremento del 50% en la demanda de segunda residencia para uso propio por lo que parece que estamos dejando de ver la casa en la playa o en la montaña como un lugar donde pasar periodos vacacionales sino como una opción muy válida para que se convierta en una primera residencia.

Debido al auge del teletrabajo desarrollado tras la pandemia, el desarrollo de los nuevos empleos digitales y que parece que algunas empresas han decidido ser mucho más flexibles o mantenerlo, hay personas que deciden mudarse a zonas más confortables para ellos en viviendas que aúnen la oficina, el hogar y los espacios abiertos que le ofrecería la vivienda vacacional y donde puedan tener la calidad de vida que desean, por lo que es posible que este perfil de trabajadores se compren esa segunda residencia, con muchas de las características de las viviendas habituales, y no tanto como el típico apartamento equipado con lo imprescindible, donde residir varios meses al año.

Se prevé una buena época para venta y compra por el aumento de demanda y la falta de oferta.  De hecho, en Andalucía se ha duplicado el número de compraventas de vivienda, sobrepasando en ocho puntos, la media española en este tipo de transacciones, por lo que, en zonas como la Costa del Sol, casi un 90% de su parque inmobiliario de obra nueva se está destinando a vivienda vacacional.

Y se sigue observando como gran parte de estas transacciones tienen origen en compradores extranjeros que eligen España, destacando Alicante, para invertir en una vivienda y tener con un lugar propio donde alojarse en nuestro país.

EL FUTURO DE LAS SEGUNDAS RESIDENCIAS

En una esquina, están muchos de los propietarios que llegarán este verano a sus viviendas vacacionales y que se están planteado vender o alquilar su propiedad, bien para obtener liquidez económica, para comprar otra en otro sitio o porque ya son mayores y no le dan el mismo uso que cuando eran más jóvenes.

El hándicap es que, la gran mayoría, no residen todo el año en la vivienda, y, sin lo pensamos, ni siquiera en la misma Comunidad Autónoma, así hacerlo por su cuenta le genera muchas dificultades y quebraderos de cabeza, por ejemplo, si se realizan visitas de los compradores interesados porque requerirían un continuo desplazamiento por parte del propietario para poder enseñar la vivienda, gastando parte de su tiempo el ello, Y aquí sí que podemos destacar, sin duda, que contar con un asesor inmobiliario experto, es indispensable, igual que en la venta de cualquier otro tipo de propiedad, para tener control sobre el proceso y sobre toda la documentación necesaria.

En la otra esquina están aquellos que sueñan con tener una segunda residencia en ese lugar que tanto les gusta y al que poder volver en cualquier momento o, que bien gestionado, puede revertir en beneficios económicos, pero antes de comprar una vivienda vacacional es importante tener muy claro su uso para saber si es una buena inversión o no. Entre las opciones más comunes está la de destinarlo para uso familiar, comprar como inversión y destinarlo al alquiler particular o disfrutar de la vivienda durante determinados periodos y rentabilizarla gestionando un alquiler cuando no se use

Aquí, el punto importante a estudiar es antes de comprar una casa de vacaciones es cómo se va a financiar la compra y cómo va a afectar el pago de las cuotas, si las hubiese, a la economía familiar, teniendo en cuenta todas las variables que estamos viviendo últimamente. Al igual que cuando invertimos en la compra de una vivienda habitual, el gasto destinado a vivienda, da igual cuota del préstamo hipotecario o al alquiler, no debe sobrepasar el 40% del total de los ingresos lo que se conoce como nivel de endeudamiento – así que habrá que calcular si, con la nueva cuota añadida, cumplimos o no esta premisa. Fundamental, a nivel de información acerca de hipotecas, trámites, adecuación y estudio de financiación, se cuente con un asesor inmobiliario, sobre todo ahora, con la inestabilidad y el aumento progresivo del Euribor, que nos aconseje sobre cuál es la mejor forma de realizar el trámite de compraventa, si es viable o si, verdaderamente es rentable.

 

Como siempre, antes de vender tu propiedad, te aconsejamos que confíes en nosotros y en nuestros 20 años de experiencia dentro del mercado inmobiliario: somos serios con nuestro trabajo, nuestra gestión es muy cómoda para nuestros clientes, conocemos bien el sector inmobiliario y nuestra atención al cliente es muy personal.