Como siempre en estas fechas, llegamos al ecuador del verano y las temperaturas llevan sin darnos tregua desde finales de junio. Esta es la época del año en la que los aires acondicionados y ventiladores funcionan día sí y día no, pero, teniendo en cuanta la subida del precio de la luz, habrá que probar otras formas de mantenernos fresquitos en casa sin que la factura y el consumo suban como la espuma.

Como dato interesante, en España, cuyo clima es bastante caluroso en verano, sobre todo en determinadas zonas, hay más de un 65% de viviendas que no tienen elementos de climatización porque están construidas anteriormente a las directivas de eficiencia energética por lo que es muy probable que, si vives, o vas a vivir en una vivienda así, te plantees mejorarlas. Pero es igualmente importante que las medidas que tomemos referente a este tema sean amigables con el medio ambiente y lo más energética y ecológicamente eficientes.

Así que, ¿cómo puedo mejorar las medidas de protección contra el calor veraniego de mi casa?

Lo primero y más obvio es poniendo el aire acondicionado, si lo tenemos. Pero, ¿cómo? Pues nunca por debajo de los 24 grados ya que, bajarlo, aumenta el gasto económico y no es “eco friendly” por las emisiones que se lanzan al ambiente. Antes de su uso, hay que revisar que funciona correctamente y limpiarlo para deshacernos de suciedad y bacterias. A l igual que la calefacción en invierno, podemos programar su encendido y apagado, lo que es energéticamente muy útil. Si no tenemos aire acondicionado, podemos hacernos con unos ventiladores, siempre que la temperatura de casa no supere los 30 grados, porque mueven el aire y refrescan las estancias y si tienes que decantarte por algún tipo, el ventilador de techo es el que menos consume. Además, si lo colocas en el techo de los dormitorios, podrás utilizarlo para no pasar calor por las noches y hay multitud de modelo y algunos súper silenciosos.

Si tienes un ventilador de pie, un truco muy sencillo es colocar delante un cuenco con agua y cubitos de hielos, a unos veinte o treinta centímetros, e irlo renovando. Esto refresca el ambiente y genera humedad.

PERO, ¿SI NO TENGO AIRE ACONDICIONADO EN CASA?

Pues también hay otras maneras de no pasar calor dentro de tu hogar. Lo primero, es importante revisar si tu casa está correctamente aislada porque es algo que va a ser útil en verano pero también en invierno. El punto principal donde debemos fijarnos son las ventanas que deben ser de doble acristalamiento con rotura de puente térmico para evitar que el calor entre y el frío se escape en verano y, al contrario, en invierno.

Si renovar el aislamiento de tu vivienda no entra en tus planes, céntrate en las cortinas, cuanto más opacas, mejor, y las persianas y en las horas centrales del día, cuando el sol incide más directamente en las casas y emite más calor, ciérralas o bájalas para que el ambiente de tu casa quede en penumbra y se refresque. Eso sí, deja las ventanas abiertas, por completo las ventanas de salida del aire y entornando las ventanas de entrada de aire, intentando generar corrientes de aire fresco generadas por la ventilación cruzada y aprovecha las primeras horas de la mañana, que hay un ambiente más fresco, para ventilar la vivienda.

Las paredes también pueden ser un problema si no están correctamente aisladas. Si te estás planteando hacer reforma, quizá sería bueno que cambies su aislamiento a uno con fibras naturales, que eliminan el calor excesivo de las paredes, prestando atención a aquellas paredes donde el sol, y por tanto el calor, incide más.

Otra opción, aunque también necesita una inversión, pon toldos en las fachadas donde incida más el sol ya que puede reducir casi en 10 grados la temperatura de una casa y ahorrar hasta un 60% de energía siempre que tengamos los muros y ventanas bien aislados

Las luces encendidas y los electrodomésticos, como el lavavajillas, la secadora o el horno, también generan un calor añadido en casa cuando están en funcionamiento así que, respecto a las luminarias, no las enciendas si no es necesario y haz algo que es energéticamente eficiente, ecológico y que deberíamos hacer siempre: apágalas cuando no estés en la habitación, También puedes cambiar las bombillas normales por luces de led: no es un gasto económico excesivo y no emiten calor.

Si eres un amante de las plantas, aprovecha el momento. Crear un espacio, lejos del sol directo, eso sí, con plantas que tengan mucho follaje, como las drácenas o los anturios, porque necesitan riego diario y humidifican el ambiente si pulverizas de vez en cuando agua en sus hojas. Además, purifican el aire y, si eres de los afortunados que tiene patio o jardín en casa, regar las flores o el suelo hace que, por evaporación, el ambiente se refresque.

Por último, quitar los elementos textiles, y no textiles, innecesarios de las habitaciones y vestirse con ropa ligera, de tejidos naturales, también nos va a ayudar a que la sensación de calor en las estancias sea menor.